Al igual que el AirScrape, el TailScrape funciona según el principio de Venturi. La estructura de láminas inteligente en la parte inferior hace que se produzca una presión negativa en el área de transporte. De este modo, no puede escapar nada a través de la ranura milimétrica, ya que la presión negativa provoca la entrada de aire.
La formación de polvo y el derrame de material se reducen hasta un 100 %. El TailScrape funciona sin contacto con la correa y, por tanto, puede utilizarse constantemente sin necesidad de mantenimiento. Si se utiliza junto con el AirScrape, el TailScrape permite un considerable ahorro de costes y recursos. Además, la enorme reducción de la formación de polvo y suciedad cumple los requisitos de seguridad en el trabajo y protección medioambiental y de la salud.
En la parte trasera de la transferencia se utiliza una chapa que corresponde a la forma de la artesa de la correa. Lo ideal es que la chapa se monte a una distancia máxima de 10 mm de la correa.
El TailScrape se corta a la distancia de los dos AirScrape instalados en los laterales, y se curva siguiendo el contorno de la artesa.
Mediante los orificios alargados y los elementos de elevación se monta el TailScrape en la chapa, y se ajusta de modo que casi no quede hueco y no haya contacto con la correa.
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